Cactus y Crasas El Pela
El Kalanchoe fedtschenkoi es una planta crasa que, si bien tiene un apellido un tanto difícil de recordar, es realmente decorativo. De hecho, lo puedes cultivar tanto en un rincón del jardín como en macetas o jardineras, ya que su tamaño es reducido y no necesita de mucho espacio para poder crecer.
Su mantenimiento es sencillo, siempre que se riegue más bien poco y se tenga en una zona donde le dé el sol de manera directa.
Se trata de una crasa o suculenta no cactácea originaria de Madagascar que alcanza una altura de 30 a 80 centímetros. Desarrolla tallos redondos, de los que brotan hojas simples, alternas, con forma oval u obovada. Estas tienen el margen ligeramente dentado, y son de color azul-verde o verde-rosadas. Florece en primavera, produciendo inflorescencias en corimbos. Las flores son tubulares, colgantes hacia abajo, con la corola de color naranja, coral o albaricoque.
Conseguir que el Kalanchoe fedtschenkoi se mantenga sano no es complicado. Es una planta crasa muy agradecida, que no necesita que se esté muy pendiente de ella. Pero eso sí, hay ciertas medidas que se han de tomar para que no tenga problemas o que, en caso de que surjan, se sepa cómo reaccionar. Por eso, recomendamos proporcionarle los siguientes cuidados:
Ubicación: Es una suculenta que ha de estar en una zona luminosa, a ser posible en el exterior, a pleno sol. Ahora bien, también puede crecer dentro de casa si en la habitación entra mucha luz desde fuera, y se coloca lejos de las corrientes de aire.
Tierra:
Riego: Al ser muy sensible al exceso de agua, el riego deberá ser más bien escaso. Siempre hay que procurar que la tierra o el sustrato se sequen por completo antes de volver a humedecerlo. Así pues, aconsejamos regar una o dos veces por semana durante el verano, y una vez cada 7 o 10 días el resto del año.
Por supuesto, si ves que va a llover, deberás de espaciar más los riegos. Asimismo, es importante que, si lo vas a cultivar en maceta, esta tenga agujeros en la base para que el agua que sobre pueda salir.
Abonado: Desde comienzos de primavera hasta finales del verano se debe abonar con algún abono para suculentas, sea líquido (el cual será ideal para plantas cultivadas en maceta), granulado o en polvo (estos dos últimos son más aconsejables para aquellas que estén plantadas en tierra).
Como el riesgo de sobredosis es alto, sobre todo si se usan fertilizantes, es necesario leer y seguir las indicaciones que vienen especificadas en el envase.
Multiplicación: La manera más fácil y rápida de conseguir nuevos ejemplares de Kalanchoe fedtschenkoi es multiplicándolo por esquejes de tallo en primavera o verano. Para ello, se ha de seguir este paso a paso:
En una semana o dos emitirá sus propias raíces, pero no lo trasplantes hasta que no veas que se le salen las raíces por los agujeros de drenaje o que ya la ha ocupado toda.
Plagas y enfermedades: Especialmente vulnerable a los caracoles y babosas durante la época de lluvias. Al tener hojas y tallos carnosos, estos animales lo devoran. Para evitarlo, es importante que se usen repelentes o productos que los mantengan alejados, como la cerveza en un vaso u otro recipiente.
Si hablamos de enfermedades, no suele tener, salvo cuando la humedad ambiental o del sustrato es muy elevada. Cuando eso ocurre, los hongos podrían terminar de debilitarlo. Pero si se trata con fungicida y se suspenden los riegos hasta que la tierra vuelva a estar completamente seca, quizás se salve.
Rusticidad: No resiste las heladas. El frío lo tolera, pero es mejor meterlo en casa o en un invernadero si la temperatura baja de los 10 grados centígrados.
El Kalanchoe fedtschenkoi es una planta crasa que, si bien tiene un apellido un tanto difícil de recordar, es realmente decorativo. De hecho, lo puedes cultivar tanto en un rincón del jardín como en macetas o jardineras, ya que su tamaño es reducido y no necesita de mucho espacio para poder crecer.
Su mantenimiento es sencillo, siempre que se riegue más bien poco y se tenga en una zona donde le dé el sol de manera directa.
Se trata de una crasa o suculenta no cactácea originaria de Madagascar que alcanza una altura de 30 a 80 centímetros. Desarrolla tallos redondos, de los que brotan hojas simples, alternas, con forma oval u obovada. Estas tienen el margen ligeramente dentado, y son de color azul-verde o verde-rosadas. Florece en primavera, produciendo inflorescencias en corimbos. Las flores son tubulares, colgantes hacia abajo, con la corola de color naranja, coral o albaricoque.
Conseguir que el Kalanchoe fedtschenkoi se mantenga sano no es complicado. Es una planta crasa muy agradecida, que no necesita que se esté muy pendiente de ella. Pero eso sí, hay ciertas medidas que se han de tomar para que no tenga problemas o que, en caso de que surjan, se sepa cómo reaccionar. Por eso, recomendamos proporcionarle los siguientes cuidados:
Ubicación: Es una suculenta que ha de estar en una zona luminosa, a ser posible en el exterior, a pleno sol. Ahora bien, también puede crecer dentro de casa si en la habitación entra mucha luz desde fuera, y se coloca lejos de las corrientes de aire.
Tierra:
Riego: Al ser muy sensible al exceso de agua, el riego deberá ser más bien escaso. Siempre hay que procurar que la tierra o el sustrato se sequen por completo antes de volver a humedecerlo. Así pues, aconsejamos regar una o dos veces por semana durante el verano, y una vez cada 7 o 10 días el resto del año.
Por supuesto, si ves que va a llover, deberás de espaciar más los riegos. Asimismo, es importante que, si lo vas a cultivar en maceta, esta tenga agujeros en la base para que el agua que sobre pueda salir.
Abonado: Desde comienzos de primavera hasta finales del verano se debe abonar con algún abono para suculentas, sea líquido (el cual será ideal para plantas cultivadas en maceta), granulado o en polvo (estos dos últimos son más aconsejables para aquellas que estén plantadas en tierra).
Como el riesgo de sobredosis es alto, sobre todo si se usan fertilizantes, es necesario leer y seguir las indicaciones que vienen especificadas en el envase.
Multiplicación: La manera más fácil y rápida de conseguir nuevos ejemplares de Kalanchoe fedtschenkoi es multiplicándolo por esquejes de tallo en primavera o verano. Para ello, se ha de seguir este paso a paso:
En una semana o dos emitirá sus propias raíces, pero no lo trasplantes hasta que no veas que se le salen las raíces por los agujeros de drenaje o que ya la ha ocupado toda.
Plagas y enfermedades: Especialmente vulnerable a los caracoles y babosas durante la época de lluvias. Al tener hojas y tallos carnosos, estos animales lo devoran. Para evitarlo, es importante que se usen repelentes o productos que los mantengan alejados, como la cerveza en un vaso u otro recipiente.
Si hablamos de enfermedades, no suele tener, salvo cuando la humedad ambiental o del sustrato es muy elevada. Cuando eso ocurre, los hongos podrían terminar de debilitarlo. Pero si se trata con fungicida y se suspenden los riegos hasta que la tierra vuelva a estar completamente seca, quizás se salve.
Rusticidad: No resiste las heladas. El frío lo tolera, pero es mejor meterlo en casa o en un invernadero si la temperatura baja de los 10 grados centígrados.