La echeveria prolifica es una suculenta que requiere pocos cuidados y se adapta bien a ambientes áridos. Para cuidarla, debes tener en cuenta lo siguiente:
- Riego: Riega la planta cuando el sustrato esté seco, aproximadamente cada 10 a 15 días en primavera y cada 20 días en otoño e invierno. Evita el exceso de agua, ya que puede pudrir las raíces.
- Suelo: El sustrato debe estar bien drenado y suelto, con moderada materia orgánica. Puedes agregar grava, piedra volcánica o corteza de árbol para que el suelo sea más poroso.
- Luz: Prefiere semisombra.
- Temperatura: Le gustan las temperaturas cálidas, pero no el frío.
- Fertilización: Puedes fertilizar cada cuatro meses con un fertilizante balanceado. También puedes aplicar una ligera cantidad de fertilizante de liberación lenta a principios del verano.
- Propagación: Puedes propagar la echeveria por esquejes de hojas o de tallo.
- Poda: En primavera y otoño, poda las ramas redundantes o densas con tijeras o cuchillos.