Cactus y Crasas El Pela

El género Aeonium spp. es conocido principalmente por una especie en concreto, Aeonium arboreum. Es la especie que más se cultiva desde la visión ornamental de la planta. Aún así, este género consta de casi 100 especies, de las que poco menos de la mitad son autóctonas de las Islas Canarias.

Desde luego, podemos considerar el género Aeonium como nuestro. Se puede encontrar por toda la cuenca mediterránea y zonas insulares como Cerdeña o Sicilia e incluso en zonas como Marruecos o África oriental.

Tiene porte arbustivo con tallos ramificados y con formación de densas rosetas compuestas de hojas carnosas, característica que identifica a las plantas crasas.

Dependiendo de la especie y la variedad, las variaciones de color en sus hojas van desde el verde hasta un púrpura casi negro y brillante satinado con un atractivo especial.

Algunas variedades del género como Aeonium arboreum pueden llegar a medir 1 metro o incluso más y son muy características sus larguísimas inflorescencias de flores amarillas.

Resulta impactante y de un contraste sin igual, las inflorescencias amarillas con las rosetas de color púrpura. Una ventaja adicional de esta planta es que las flores duran bastante tiempo en la planta, aportando un valor estético añadido.

En algunas variedades, cuando sol cultivadas en exteriores, la incidencia directa del Sol provoca una acentuación de las tonalidades púrpuras consiguiendo un degradado de verde a púrpuras de desde el corazón de la roseta hasta la punta de la hoja de alto valor ornamental.

Temperaturas: Muchas plantas crasas tienen sus límites térmicos por encima de 10 o 15ºC. No es el caso del que hablamos hoy cuyo límite térmico se puede estimar en unos 5ºC. Incluso es capaz de aguantar registros levemente por debajo de 0ºC durante un corto periodo de tiempo aunque puede sufrir daños en sus tejidos. Por ello, para cultivo en exteriores es recomendable para climas suaves, libres de heladas invernales.

Exposición al sol: El sol directo es lo más adecuado para esta crasulácea. Por ello, son los exteriores soleados donde veremos crecer nuestro Aeonium con gran vigor. Tolera situaciones de sol indirecto pero siempre con buena iluminación en la medida de lo posible.

Riego: Como planta crasa que es, las necesidades de agua son poco más que testimoniales. No llega al nivel de los cactus pero como siempre en este tipo de plantas, mejor pecar de defecto que de exceso.

El intervalo de riegos durante el verano será dejando secar completamente el sustrato y dejarlo uno o dos días seco. En invierno, es conveniente suspender por completo cualquier aporte de agua.

Sustrato: Las raíces sufren de estrés hídrico con mucha facilidad. Por ello es necesario un sustrato arenoso con muy buen drenaje. Dos mezclas posibles para un sustrato adecuado son:

1/3 arena, 1/3 tierra de jardín, 1/3 turba

1/2 arena, 1/4 tierra de jardín, 1/4 turba

Multiplicación y cultivo en maceta: La multiplicación del Aeonium arboreum es muy complicada por semilla y pasmosamente fácil mediante esqueje. Por ello, la reproducción por semillas, queda relegada a los viveros y productores con fines de mejora genética y nuevas variedades.

Desde el punto de vista jardinero, el esqueje es la opción. Se pueden hacer esquejes de hoja, de tallo o incluso de roseta entera con algo de tallo que se incrustará en un nuevo sustrato algo más arenoso que el definitivo hasta que enraice.

Aeonium arboreum rubra

El género Aeonium spp. es conocido principalmente por una especie en concreto, Aeonium arboreum. Es la especie que más se cultiva desde la visión ornamental de la planta. Aún así, este género consta de casi 100 especies, de las que poco menos de la mitad son autóctonas de las Islas Canarias.

Desde luego, podemos considerar el género Aeonium como nuestro. Se puede encontrar por toda la cuenca mediterránea y zonas insulares como Cerdeña o Sicilia e incluso en zonas como Marruecos o África oriental.

Tiene porte arbustivo con tallos ramificados y con formación de densas rosetas compuestas de hojas carnosas, característica que identifica a las plantas crasas.

Dependiendo de la especie y la variedad, las variaciones de color en sus hojas van desde el verde hasta un púrpura casi negro y brillante satinado con un atractivo especial.

Algunas variedades del género como Aeonium arboreum pueden llegar a medir 1 metro o incluso más y son muy características sus larguísimas inflorescencias de flores amarillas.

Resulta impactante y de un contraste sin igual, las inflorescencias amarillas con las rosetas de color púrpura. Una ventaja adicional de esta planta es que las flores duran bastante tiempo en la planta, aportando un valor estético añadido.

En algunas variedades, cuando sol cultivadas en exteriores, la incidencia directa del Sol provoca una acentuación de las tonalidades púrpuras consiguiendo un degradado de verde a púrpuras de desde el corazón de la roseta hasta la punta de la hoja de alto valor ornamental.

Temperaturas: Muchas plantas crasas tienen sus límites térmicos por encima de 10 o 15ºC. No es el caso del que hablamos hoy cuyo límite térmico se puede estimar en unos 5ºC. Incluso es capaz de aguantar registros levemente por debajo de 0ºC durante un corto periodo de tiempo aunque puede sufrir daños en sus tejidos. Por ello, para cultivo en exteriores es recomendable para climas suaves, libres de heladas invernales.

Exposición al sol: El sol directo es lo más adecuado para esta crasulácea. Por ello, son los exteriores soleados donde veremos crecer nuestro Aeonium con gran vigor. Tolera situaciones de sol indirecto pero siempre con buena iluminación en la medida de lo posible.

Riego: Como planta crasa que es, las necesidades de agua son poco más que testimoniales. No llega al nivel de los cactus pero como siempre en este tipo de plantas, mejor pecar de defecto que de exceso.

El intervalo de riegos durante el verano será dejando secar completamente el sustrato y dejarlo uno o dos días seco. En invierno, es conveniente suspender por completo cualquier aporte de agua.

Sustrato: Las raíces sufren de estrés hídrico con mucha facilidad. Por ello es necesario un sustrato arenoso con muy buen drenaje. Dos mezclas posibles para un sustrato adecuado son:

1/3 arena, 1/3 tierra de jardín, 1/3 turba

1/2 arena, 1/4 tierra de jardín, 1/4 turba

Multiplicación y cultivo en maceta: La multiplicación del Aeonium arboreum es muy complicada por semilla y pasmosamente fácil mediante esqueje. Por ello, la reproducción por semillas, queda relegada a los viveros y productores con fines de mejora genética y nuevas variedades.

Desde el punto de vista jardinero, el esqueje es la opción. Se pueden hacer esquejes de hoja, de tallo o incluso de roseta entera con algo de tallo que se incrustará en un nuevo sustrato algo más arenoso que el definitivo hasta que enraice.

Mi carrito