Cactus y Crasas El Pela

Endémica de Yucatán, en las cercanías de Dzemul. Bonito cactus columnar. Eventualmente crea macolla y genera un aleve lanosidad. Requiere poco cuidado en climas tropicales. Necesita mucho sol y excelente drenaje.

Existen más de 2,500 especies de cactus, una peculiar familia formada hace más de 30 millones de años, son plantas fascinantes porque han evolucionado en los climas más extremos para convertirse en protectores de la poca agua que resguardan en el interior, sus espinas, bellas pero peligrosas, son el mejor sistema defensivo para evitar ataques de depredadores sedientos. Mucha gente les teme pero basta verlos florecer para ser testigos de una belleza milagrosa y colorida. 

La clave de su buen cultivo está en proporcionarles todas las horas de sol posibles, regarlos abundantemente solo cuando el sustrato esté completamente seco. El sustrato ideal es una mezcla mineral con materia orgánica y abundante piedra volcánica que proporcionará el drenaje suficiente para evitar el exceso de humedad en las raíces. Son plantas de lento crecimiento pero muy longevas que con buenos cuidados pueden vivir muchos años en tu colección. Muchos de ellos florecen desde jóvenes y llegan a alcanzar tamaños colosales en la naturaleza.

CULTIVO:  En temporada lluviosa es mejor resguardarlas para evitar el exceso de humedad, aunque algunas especies, toleran bien las lluvias tropicales.

SUSTRATO:  Se compone de la mezcla usual para suculentas

LUZ: Se recomienda buena luz pero evitando el sol duro de la tarde


Mammillaria columbiana

Endémica de Yucatán, en las cercanías de Dzemul. Bonito cactus columnar. Eventualmente crea macolla y genera un aleve lanosidad. Requiere poco cuidado en climas tropicales. Necesita mucho sol y excelente drenaje.

Existen más de 2,500 especies de cactus, una peculiar familia formada hace más de 30 millones de años, son plantas fascinantes porque han evolucionado en los climas más extremos para convertirse en protectores de la poca agua que resguardan en el interior, sus espinas, bellas pero peligrosas, son el mejor sistema defensivo para evitar ataques de depredadores sedientos. Mucha gente les teme pero basta verlos florecer para ser testigos de una belleza milagrosa y colorida. 

La clave de su buen cultivo está en proporcionarles todas las horas de sol posibles, regarlos abundantemente solo cuando el sustrato esté completamente seco. El sustrato ideal es una mezcla mineral con materia orgánica y abundante piedra volcánica que proporcionará el drenaje suficiente para evitar el exceso de humedad en las raíces. Son plantas de lento crecimiento pero muy longevas que con buenos cuidados pueden vivir muchos años en tu colección. Muchos de ellos florecen desde jóvenes y llegan a alcanzar tamaños colosales en la naturaleza.

CULTIVO:  En temporada lluviosa es mejor resguardarlas para evitar el exceso de humedad, aunque algunas especies, toleran bien las lluvias tropicales.

SUSTRATO:  Se compone de la mezcla usual para suculentas

LUZ: Se recomienda buena luz pero evitando el sol duro de la tarde


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