Cactus y Crasas El Pela

El género euphorbia pertenece a la familia euphorbiaceae, y es originario de de ciertas regiones de África y América. Principalmente de zonas tropicales, aunque en menor medida también pueden encontrarse en áreas subtropicales o templadas. No podemos especificar una forma o un tamaño concretos, pues cuenta con infinitud de variedades, que van desde el cactus espinoso que todos conocemos hasta configuraciones de tallo y hojas de carácter carnoso.

Se suele considerar a las euphorbia, una especie de híbrido entre planta y cactus. En realidad, los cactus son plantas, que debido a las condiciones de calor y sequedad extremas de las regiones desérticas de las que proceden, tuvieron que adaptarse y evolucionar. En cierto modo, la especie de las suculentas, estarían en ese punto intermedio en el que no son realmente ni una planta ni un cactus al 100%. Por ello tienen unas características propias en cuanto a su cultivo y cuidados.

Ubicación: Debido a las condiciones extremas en las que vive en su hábitat natural, la euhorbia posee una extraordinaria capacidad de adaptación y resistencia que la convierten en prácticamente indestructible: podrás colocarla en lugares secos o húmedos, exteriores e interiores, iluminados o sombríos. Lo resiste todo… ¡o casi todo!

Suelo: En este aspecto tampoco necesita grandes requerimientos. Una buena tierra mezclada con arena o algún otro elemento drenante será suficiente para su crecimiento. Lo ideal es un sustrato mineral con apenas materia orgánica. Una proporción de una parte de arena por cada tres de tierra será suficiente.

Luz: Acostumbrada a vivir en zonas de sol y calor, necesita mucha luz para su correcto desarrollo. Aunque resiste la incidencia directa de los rayos del sol, es preferible evitarlo siempre que sea posible, pues esto puede provocar quemaduras o manchas sobre su superficie. Lo ideal es encontrarle una habitación bien iluminada o un rincón parcialmente sombreado en el jardín.

La Euphorbia necesita ambientes cálidos. Entre 20 y 30 grados es lo idóneo. Evitar a toda costa los cambios bruscos de temperatura y los ambientes fríos. Las temperaturas por debajo de los 10-12 grados serán letales para ellaRiegos

Se debe mantener la tierra con una cierta humedad, pero sin llegar nunca a encharcarla. En verano será suficiente con un riego semanal. En las épocas de lluvia, sólo habrá que rehidratar cuando sea estrictamente necesario. En cualquier caso, hay que añadir agua siempre que observemos que la tierra se encuentra seca. También es muy recomendable incorporar algún sistema de drenaje, a fin de evitar los encharcamientos. Si las raíces sufren mucha humedad podrían aparecer hogos, lo que tendría consecuencias funestas para la supervivencia de la planta.

Fertilizantes y abonos: En cuanto al abono, un fertilizante líquido específico para suculentas les irá de maravilla. Aplicarlo cada 3 semanas o cada mes durante los meses de primavera y verano (cuando están en desarrollo). Esto será suficiente para que obtengan todos los nutrientes que necesitan.

Trasplante: Cuando las raíces comiencen a huir del tiesto y a sobresalir por todas partes, tendrás un buen indicio de que ha llegado el momento del trasplante. Colócala en una maceta más grande, a poder ser durante la primavera. En caso contrario, el frío hará que se resienta y dificultará su adaptación al suelo.

Plagas: Este tipo de plantas son muy resistentes y los parásitos no suelen atacarlas. Su mayor problema es la aparición de hongos, que pueden aparecer si se producen encharcamientos bajo sus raíces. La mosca blanca también podría provocarle daños, pero no es difícil acabar con ella por medio de productos químicos.

Euphorbia Trigona Rubra

El género euphorbia pertenece a la familia euphorbiaceae, y es originario de de ciertas regiones de África y América. Principalmente de zonas tropicales, aunque en menor medida también pueden encontrarse en áreas subtropicales o templadas. No podemos especificar una forma o un tamaño concretos, pues cuenta con infinitud de variedades, que van desde el cactus espinoso que todos conocemos hasta configuraciones de tallo y hojas de carácter carnoso.

Se suele considerar a las euphorbia, una especie de híbrido entre planta y cactus. En realidad, los cactus son plantas, que debido a las condiciones de calor y sequedad extremas de las regiones desérticas de las que proceden, tuvieron que adaptarse y evolucionar. En cierto modo, la especie de las suculentas, estarían en ese punto intermedio en el que no son realmente ni una planta ni un cactus al 100%. Por ello tienen unas características propias en cuanto a su cultivo y cuidados.

Ubicación: Debido a las condiciones extremas en las que vive en su hábitat natural, la euhorbia posee una extraordinaria capacidad de adaptación y resistencia que la convierten en prácticamente indestructible: podrás colocarla en lugares secos o húmedos, exteriores e interiores, iluminados o sombríos. Lo resiste todo… ¡o casi todo!

Suelo: En este aspecto tampoco necesita grandes requerimientos. Una buena tierra mezclada con arena o algún otro elemento drenante será suficiente para su crecimiento. Lo ideal es un sustrato mineral con apenas materia orgánica. Una proporción de una parte de arena por cada tres de tierra será suficiente.

Luz: Acostumbrada a vivir en zonas de sol y calor, necesita mucha luz para su correcto desarrollo. Aunque resiste la incidencia directa de los rayos del sol, es preferible evitarlo siempre que sea posible, pues esto puede provocar quemaduras o manchas sobre su superficie. Lo ideal es encontrarle una habitación bien iluminada o un rincón parcialmente sombreado en el jardín.

La Euphorbia necesita ambientes cálidos. Entre 20 y 30 grados es lo idóneo. Evitar a toda costa los cambios bruscos de temperatura y los ambientes fríos. Las temperaturas por debajo de los 10-12 grados serán letales para ellaRiegos

Se debe mantener la tierra con una cierta humedad, pero sin llegar nunca a encharcarla. En verano será suficiente con un riego semanal. En las épocas de lluvia, sólo habrá que rehidratar cuando sea estrictamente necesario. En cualquier caso, hay que añadir agua siempre que observemos que la tierra se encuentra seca. También es muy recomendable incorporar algún sistema de drenaje, a fin de evitar los encharcamientos. Si las raíces sufren mucha humedad podrían aparecer hogos, lo que tendría consecuencias funestas para la supervivencia de la planta.

Fertilizantes y abonos: En cuanto al abono, un fertilizante líquido específico para suculentas les irá de maravilla. Aplicarlo cada 3 semanas o cada mes durante los meses de primavera y verano (cuando están en desarrollo). Esto será suficiente para que obtengan todos los nutrientes que necesitan.

Trasplante: Cuando las raíces comiencen a huir del tiesto y a sobresalir por todas partes, tendrás un buen indicio de que ha llegado el momento del trasplante. Colócala en una maceta más grande, a poder ser durante la primavera. En caso contrario, el frío hará que se resienta y dificultará su adaptación al suelo.

Plagas: Este tipo de plantas son muy resistentes y los parásitos no suelen atacarlas. Su mayor problema es la aparición de hongos, que pueden aparecer si se producen encharcamientos bajo sus raíces. La mosca blanca también podría provocarle daños, pero no es difícil acabar con ella por medio de productos químicos.

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