La ruda es una planta perenne que requiere pocos cuidados. Para que se desarrolle bien, se recomienda:
- Iluminación
- Necesita mucha luz, pero no directa. En interiores, se puede mantener cerca de una ventana.
- Riego
- Regarla con moderación, dos o tres veces por semana, cuando el sustrato esté seco. Evitar encharcamientos.
- Suelo
- Prefiere suelos alcalinos y pobres, con buen drenaje. Se le puede añadir tierra orgánica para proteger las raíces.
- Poda
- Podar durante el invierno, no más de 10 cm del suelo, para estimular su crecimiento.
- Reproducción
- Se puede reproducir a partir de semillas o con esquejes.
Plagas y enfermedades
- La ruda puede ser atacada por ácaros, mosca blanca, hongos y la mariposa «Papilio machaon».
- La enfermedad del marchitamiento es una infección fúngica que afecta a las raíces de la ruda.
Consejos adicionales
- Para evitar que la ruda florezca, se pueden eliminar los brotes antes de que se abran.
- Se puede trasplantar la ruda a una maceta con agujeros en la parte inferior para su correcto drenaje.